Hoy les quiero hablar
sobre el temor más grande de la humanidad ¿saben cuál es? La soledad. No existe
persona en el mundo que no tenga miedo a quedarse solo y sin amor.
El miedo a la soledad es más común de lo que podría
pensarse. Los seres humanos somos seres
sociables.
Existimos para vivir en sociedad y no concebimos nuestra vida en soledad. Y por ese temor a estar solos podemos llegar a ser capaces de confundir ese miedo con amor aunque nos puede estar destruyendo.
Existimos para vivir en sociedad y no concebimos nuestra vida en soledad. Y por ese temor a estar solos podemos llegar a ser capaces de confundir ese miedo con amor aunque nos puede estar destruyendo.
Por el terror que nos produce la idea de quedarnos solos
aceptamos lo inaceptable . Pese a como dice el dicho popular “Más vale estar solo que mal acompañado”
desafortunadamente no sabemos estar realmente solos. Simplemente que cuando estamos solos en una habitación terminamos
encendiendo el televisor o poner algo de
música porque la idea de estar con nosotros nos asusta. Quizá puedes estar en
tu computadora pero pones música, o al mismo tiempo estas con el televisor para
no sentir ese desasosiego de la soledad. No nacimos para estar solos, no fuimos
creados para eso. Desde que dimos nuestro primer aliento fue un grito ansiando el
calor y la protección de alguien más.
Pero quizá si tan solo supiéramos estar un poquito en
soledad, sabríamos esperar a esa persona indicada y no tomaríamos decisiones
precipitadas.
La Soledad si bien puede ser una amiga incondicional es una terrible consejera y en medio de ese vacío que nos consume por dentro podemos tomar las peores decisiones.
La Soledad si bien puede ser una amiga incondicional es una terrible consejera y en medio de ese vacío que nos consume por dentro podemos tomar las peores decisiones.
A veces creemos que la persona que amamos está obligada a
amarnos y desperdiciamos tiempo precioso esperando que esa persona nos
corresponda de la misma manera, y eso No es amor.
El amor es un sentimiento del cual nosotros nos hacemos responsables. Nosotros somos los únicos dueños de lo que sentimos y de a quien dirigimos ese sentimiento pero el hecho de que tengamos el sentimiento no lo hace reciproco.
Pero por ese miedo que nos nubla el raciocinio estamos ahí esperando que esa persona despierte un día y nos ame.
El amor es un sentimiento del cual nosotros nos hacemos responsables. Nosotros somos los únicos dueños de lo que sentimos y de a quien dirigimos ese sentimiento pero el hecho de que tengamos el sentimiento no lo hace reciproco.
Pero por ese miedo que nos nubla el raciocinio estamos ahí esperando que esa persona despierte un día y nos ame.
La soledad a veces nos orilla a estar por mucho con una
persona que alguna vez quisimos pero ese sentimiento se perdió en algún momento
de la historia nos aferramos al recuerdo de lo que alguna vez fue. Y no soltamos solo estamos ahí dañándonos y lastimando lo que
alguna vez fue hermoso.
Nos quedamos ahí algunas veces por costumbre otras por no dañar a esa persona pero todas las razones nos llevan a un mismo resultado no queremos estar solos.
Nos quedamos ahí algunas veces por costumbre otras por no dañar a esa persona pero todas las razones nos llevan a un mismo resultado no queremos estar solos.
¿Qué es peor
la soledad o aferrarnos a una ilusión?
Yo no sé
ustedes pero en mi experiencia creo que es peor aferrarse a una ilusión, los
espejismos que buscamos desperrados para vivir el día a día solo nos distraen
del vivir. Buscamos tanto evitar el
dolor y no nos atrevemos aprender de él. El dolor está ahí para de alguna
forma hacernos más fuertes.
Pero nos
aferramos en buscar conexiones místicas con otras personas a veces en lo que solo
fue un momento de aventura y en esa necesidad un tanto extraña que tenemos de no
querer estar solos nos confundimos. Y cuando el deseo sexual es tan grande y sumamos le que la complementación de los cuerpos es casi perfecta nos nubla tanto que terminamos confundiendo esa pasión desenfrenada
con un sentimiento que no existe más allá de las sabanas.
Pero ese desenfreno nos nubla y solo por tener esa conexión pensamos que hemos encontrado nuestro complemento. Y cuando la llama de la pasión se esfuma y solo nos queda la realidad nos damos cuenta que una relación real va mas allá de lo físico. Y terminamos aprendiendo una gran verdad que luego queremos olvidar. El buen sexo no es sinónimo de amor y no puede ser el fundamento de una relación.
Pero ese desenfreno nos nubla y solo por tener esa conexión pensamos que hemos encontrado nuestro complemento. Y cuando la llama de la pasión se esfuma y solo nos queda la realidad nos damos cuenta que una relación real va mas allá de lo físico. Y terminamos aprendiendo una gran verdad que luego queremos olvidar. El buen sexo no es sinónimo de amor y no puede ser el fundamento de una relación.
Hay momentos
en los que el dolor y la soledad nos hacen blanco perfecto de los espejismos,
nos sentimos tan solos y estamos consumidos por nuestra propia pena que terminamos buscando algo que sea nuestro “puente de salvación” nos acercamos a la primer persona que
nos brinda un poco de alegría.
Llegamos a confundir una linda amistad en sentimientos que realmente nunca estuvieron ahí y que solo crecieron en nuestra imaginación. Y podemos pasar tanto tiempo perdido construyendo una relación perfecta que solo vivió en nuestra cabeza.
Cuando no estamos acostumbrados o estamos en soledad no por decisión Si no porque nos hemos quedado solos, la más mínima muestra de cariño, es como un vaso de agua en el desierto y perdemos nuestra energía venerando un afecto que nunca nos perteneció o que solo fue una muestra educación. Podemos estar tan desesperados que lo que para aquella persona fue algo insignificante para nosotros fue algo mágico. Ese aliciente tan esperado y terminamos construyendo castillos que solo flotan en el aire y tarde que temprano se esfuman como llegaron.
Llegamos a confundir una linda amistad en sentimientos que realmente nunca estuvieron ahí y que solo crecieron en nuestra imaginación. Y podemos pasar tanto tiempo perdido construyendo una relación perfecta que solo vivió en nuestra cabeza.
Cuando no estamos acostumbrados o estamos en soledad no por decisión Si no porque nos hemos quedado solos, la más mínima muestra de cariño, es como un vaso de agua en el desierto y perdemos nuestra energía venerando un afecto que nunca nos perteneció o que solo fue una muestra educación. Podemos estar tan desesperados que lo que para aquella persona fue algo insignificante para nosotros fue algo mágico. Ese aliciente tan esperado y terminamos construyendo castillos que solo flotan en el aire y tarde que temprano se esfuman como llegaron.
Oh la
soledad amarga compañera que aunque no qui éramos siempre estará. Ella nos
espera en el rincón de la habitación. Y ¿entonces? ¿Por qué la necesidad de
negarla? Es increíble que siendo una de las pocas cosas que son realmente son nuestras no podamos vivir con ella y paradójicamente en el momento que logramos
estar en paz con ella. No caemos en la desesperación de buscar el complemento
que nos han dicho que hemos perdido.
Es en el
momento en el que la soledad ya no nos asusta que podemos entender que no somos
un ser incompleto que necesita de otro para ser feliz, somos un todo que
tenemos nuestras propias potencialidades y no buscamos otro para
complementarnos, si no para compartir el todo que somos.
Bueno esto es lo que yo pienso sobre lo que NO es amor. Creo que el
amor es algo parecido a esto: